El Parlamento sueco pide que la entidad saharaui sea reconocida como Estado
La Cámara sueca es la primera de un país
europeo que toma tal iniciativa e insta a los demás socios a seguir su ejemplo
La clase política de Marruecos reprueba
la decisión mientras que el Polisario la alaba
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Madrid 6 DIC 2012 -
13:13 CET
El Parlamento
de Suecia (Riksdag) aprobó el miércoles por la noche una resolución en la que insta a su
Gobierno a reconocer “cuanto antes” como Estado a la República Árabe Saharaui
Democrática (RASD), la entidad fundada por el Frente Polisario en 1976, y le pide que
trabaje en el seno de la Unión Europea para que otros países sigan su ejemplo.
La iniciativa
del Parlamento unicameral sueco ha conmocionado a Marruecos, donde se sucedían
esta mañana las reacciones de los políticos y miembros del Ejecutivo, mientras
que el Frente Polisario, que lucha por la independencia del Sáhara Occidental,
la ha recibido con gran satisfacción.
Ningún
Parlamento europeo había formulado hasta ahora tal petición a su Gobierno con
relación a la RASD a la que ningún país europeo reconoce hoy en día. Yugoslavia
sí lo hizo en 1984 y hasta su desaparición. Más de 80 países, en su mayoría
africanos, reconocen a la RASD, según fuentes del Polisario, aunque la
diplomacia marroquí asegura que, en la práctica, son menos de 30 los que
acreditan a embajadores en Rabuni, la sede administrativa de los
independentistas saharauis.
La resolución
instando a Estocolmo a reconocer a la RASD fue aprobada el 28 de noviembre por
la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento y, el miércoles, en el pleno
con los votos de los tres principales partidos de oposición, los
socialdemócratas, los verdes y los excomunistas del Partido de los Demócratas
Suecos.
El Parlamento
sueco procedió a esta votación tras acoger en su sede un seminario dedicado a
debatir del “expolio” por Rabat de los recursos naturales de la antigua colonia
que España entregó a Marruecos y a Mauritania en 1975. Lo sucedido en el pleno
“es histórico porque somos los primeros en hacerlo en la UE”, recalcó el
diputado de izquierdas Hans Linde a lo que el conservador Ulrik Nilsson replicó
que a lo que el Gobierno sueco debe dedicarse es solo a promover “un referéndum
justo”.
El Ejecutivo
sueco, que encabeza Fredrick Reinfeldt, está formado por una coalición de
partidos conservadores que gobiernan en minoría desde 2010. No es seguro que
siga la recomendación aprobada en el Parlamento por una mayoría de izquierdas.
Es, sin embargo, probable que cuando vuelvan al poder los socialdemócratas sí
reconozcan a la RASD, opina una fuente diplomática conocedora de la política
sueca.
La relación
entre Estocolmo y Rabat nunca ha sido cordial. En el seno de la UE la
diplomacia sueca se ha mostrado siempre crítica con, por ejemplo, el acuerdo de
pesca con Marruecos que permite a los pesqueros europeos, en su mayoría
españoles, faenar en aguas del Sáhara.
El último
incidente entre ambos países se produjo hace tres años cuando la número dos de la Embajada sueca en Rabat, Anna Block-Mazoyer, fue expulsada de
Marruecos acusada de haber enseñado a miembros del Polisario un folleto con
argumentos sobre el carácter marroquí del Sáhara que le había sido entregado en
el ministerio de Asuntos Exteriores. La diplomática mantenía, en realidad,
contactos asiduos con independentistas saharauis residentes en la antigua
colonia española.
“Deploramos
esta actitud [del Parlamento sueco] que no tiene precedentes en Europa”,
declaró en Rabat Ali Kebir, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de
la Cámara baja marroquí. Otros políticos, como el ministro Nabil Benabdalá
(excomunista) o Ahmed Zaidi (socialista), se apresuraron también en hacer
declaraciones reprobando la decisión a la agencia de prensa oficial MAP.
Todos ellos subrayan que la iniciativa del Parlamento sueco ignora los esfuerzos de
la ONU para alcanzar una solución política consensuada al “conflicto artificial”
del Sáhara y la postura común de la UE sobre el contencioso. Alin el Kantaoui,
representante del Polisario en Suecia, agradeció, en cambio, el “precedente
histórico sentado por el Parlamento” y expresó el deseo de que “sirva de
ejemplo en los demás Estados europeos”.
En España el
diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares afirmó por teléfono a este
corresponsal que lo sucedido en Estocolmo “marca la vía a seguir”. Recordó que
su coalición había presentado en el Congreso, en anteriores legislaturas,
iniciativas similares que no habían prosperado y que ahora había introducido
“una nueva en la Comisión de Asuntos Exteriores para que el Gobierno español
reconozca a la RASD”.
Publicado por ELPAÏS
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